13 de marzo.
- Marina Gutierrez
- 15 mar 2021
- 3 Min. de lectura
Hay personas que son casa, hogar. Son una cerveza en cualquier bar un viernes por la noche y lo que hace real un buenos días un lunes por la mañana. Son calor en pleno invierno. Hay personas que con sólo mirarte te ayudan, que se dejarían la vida para que la tuya tuviese un final feliz.
Personas que aun estando abajo no dejan nunca que toques el suelo. No quieren que el suelo forme parte de ti y hacen lo imposible por lograrlo.
Hay personas que te abren los ojos, o lo que es aún mejor, te abren las alas y te ayudan a que vuelvas a coger vuelo y vueles lo más alto posible.
Hoy es el día especial de una de esas personas; y quiero utilizar esto para hablar de un sentimiento que es más puro que cualquiera de todos los que he expresado hasta el momento. Un amor que jamás dejará de ser sano, jamás será dañino, nunca llegará a apagarse y está provocado por la amistad más verdadera que he conocido hasta el momento. Pura, pero sobre todo real y natural.
Os hablaré de mi amiga. Ella es esa persona que ha sido capaz de que yo vuelva a escribir a pesar de haberlo dejado. Ella es la poesía hecha persona, pues estoy completamente segura de que si Bécquer la hubiera conocido también hubiese escrito sobre ella. Ella es esa persona que puede suplir la función de una madre, una hermana o lo que necesites en cada momento. Ella es esa EME a la que le canta Leiva. Ella inspiró a José Hernández cuando dijo que la mejor curva de una mujer es su sonrisa, porque puede hacer de cualquier día el mejor de tu vida si es de la mano de su sonrisa. Como dice Miguel Gane: Ella era toda la poesía que se escribía en Madrid, el verso más bonito de Gran Vía, la boca más hermosa de Malasaña. La cintura más bonita que veías por el metro. El rayo de sol más brillante de una tarde de domingo en el Retiro, la reliquia más bonita del rastro, la que podía domar los leones de Cibeles, la quinta torre de Madrid. La decimotercera uva de la Puerta del Sol. La más loca de toda Chueca .El culo más bonito del Retiro. El corazón más salvaje del Bernabéu. El musical más visitado de Gran Vía. El teatro con menos aforo de la capital. La mejor obra de arte del Prado. Ella es la única estrella que brilla en Madrid. Ella es Madrid.
Ella no se anda con rodeos. Es una mezcla entre energía y ocurrencias, entre sueños y verdades. Ella es un haz de luz rápido y tenaz, alguien a quien no le importa el tiempo; es por eso que este es un día más dentro de un día a día cargado de vivencias. No sabría decir el por qué apareció tan tarde en mi vida pero recuerdo su entrada en mi alma y no me quiero imaginar su salida, pues jamás encontraré una persona que encarne tan bien los valores de la amistad como ella lo hace. Ella es fuerza y resistencia; la supervivencia más temible.
Necesitaría un libro de la extensión de El Quijote para hablar de ella, por lo que lo resumiré en que Eme es inefable. Inefable: “Algo tan increíble que no puede ser descrito”. Es imposible describir la magia cuando ocurre; y magia fue lo que ocurrió un día como hoy. El mejor truco de magia creado hasta hoy.
Gracias por ser mi naranja entera, mi lata de atún favorita, mis ganas de resistir, mi fuerza de voluntad. Gracias por ser esa persona con quién huir de todo. Por ser única y mi única. Gracias por ser mi persona.
Es su cumpleaños; pero, un año más, el regalo me lo llevo yo.

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